La Tormenta de Santa Rosa llegó este año puntual, para el Día de Santa Rosa de Lima que se celebra cada 30 de agosto, e hizo gala de su nombre.
Fue un episodio de ribetes incluso inéditos, ya que tanto productores, como pobladores urbanos y especialistas en clima coinciden en que no hay antecedentes, al menos en la historia reciente, de un fenómeno de tormentas y lluvias tan generalizado en varias zonas del país, y con un flujo tan grande de descargas, en esta época del año que suele ser más bien “seca”, sobre todo en el centro y oeste de Argentina.
Los registros de diversas fuentes que pudo recoger Infocampo muestran niveles de precipitaciones que llegaron a superar los 300 milímetros, pero que se ubicaron en general entre 100 y 200 milímetros, una cifra de por sí abultada en verano y ni hablar en invierno.
La consecuencia fue inevitable: hay numerosos pueblos y campos inundados, principalmente en el centro cordobés, la zona núcleo y el centro-oeste de Buenos Aires, esta última una zona que ya venía castigada por los excesos de agua y que ahora se verá más complicada aún.