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El Día Nacional del Médico Rural se conmemora el 4 de julio, establecido en 2001, en homenaje al natalicio del doctor Esteban Laureano Maradona en 1895 quien renunció a todo tipo de honorario y premios materiales para sanar a las personas en situación de vulnerabilidad social. Su obra es continuada por el equipo interdisciplinario de la ONG La Higuera que desde 2003 lleva a cabo prácticas de atención primaria en el monte donde habitan las comunidades más necesitadas del impenetrable chaqueño.

Pediatra, rosarino, hincha de Rosario Central, el fundador de la ONG Gustavo Farrugia es un médico que estudió pensando en la medicina como un servicio para personas que la pasan mal, “Cuando era estudiante me interesó mucho la medicina rural, de lugares aislados, como Médico sin Fronteras. Mientras estudiaba pediatría en el ‘94 conocí la historia de vida de Laureano Maradona, escuché que había venido a su casa natal y lo conocí poco antes de fallecer, me quedó muy marcado”, comenzó narrando. 

“Ya egresado me pareció bueno ir a los lugares más necesitados. Conocí Chaco donde la gente tiene mucha necesidad y les falta atención a la salud, sobretodo de los más chicos, de comunidades aisladas y vulnerables. Entonces en el 2000 se nos ocurrió hacer un aula satélite del hospital en el medio del monte, porque no había nada desarrollado”, argumentó. 

La mayoría de los médicos pediatras que lo acompañaban habían surgido del Hospital de Niños Vilela “queríamos que fuese un proyecto que salía de Rosario sabiendo que muchos tuvimos acceso a la Universidad Pública, éramos pujantes y teníamos riqueza cultural”. 

La hazaña se inició cuando un primo les donó un colectivo para comenzar a viajar y a partir de ello, crearon La Higuera, por el cuento de Juana de Ibarbourou, que al citar un fragmento caracteriza al árbol como el más significativo de todos: “Por eso, cada vez que yo paso a su lado, digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento: «Es la higuera el más bello de los árboles todos del huerto»”.

El profesional referente de la salud rural aseguró: “Una vez que nos instalamos empezamos a entender lo que era la medicina rural, los pueblos originarios, cómo trabajar con culturas diversas, adaptarse a una comunidad con códigos diferentes. A la mayoría de esas comunidades les cuesta llegar a un centro de atención primaria, tampoco tienen médicos especialistas. Tenés que ir a buscar a la gente lo que implica otro esquema de trabajo: comunicarte por radio, a veces no están, tienen otros tiempos, se centraliza el trabajo en las escuelas rurales”. 

Llevan más de 2400 historias clínicas abiertas y seguidas con periodicidad. Entre sus labores sanitarias controlan el crecimiento y el desarrollo de los niños en edad escolar, Detectan las problemáticas que deban ser derivadas a centros de mayor complejidad y diagnostican, tratan y siguen los casos de niños chagásicos. Paulatinamente, está reduciendo la notoria mortalidad infantil, la desnutrición y la morbi-mortalidad por Chagas. 

MALABARISTAS DE LA SANIDAD 

Al estar en el terreno, Farrugia remarcó: “Lo que más impacta es cómo adaptar los contenidos académicos que aprendés en la Facultad y darte cuenta de lo que realmente se necesita. La Facultad te forma para una determinada visión, un modelo que la mayoría de las personas quedan excluidas”. 

En la formación académica de Ciencias Médicas, desde su punto de vista,  “las enfermedades se manejan desde un concepto muy teoŕico, pero lo que tiene que ver con la diaria no está involucrado. El médico está visto como filantrópico y tendría que ser una política de Estado. Hay muchas enfermedades sociales, muchas vinculadas con la frustración, el Estado no pone recursos por eso tuvimos que aportar recursos propios de movilidad y de capacitación”. 

Gustavo dedica su tiempo casi exclusivamente a La Higuera, pasa 20 días al mes en los parajes chaqueños, cubriendo 20 mil hectáreas, atendiendo a los pacientes con un equipo de médicos residentes y estudiantes de medicina, donde cada uno aporta desde lo que se puede, apto para todas las especialidades, aunque lo que más se requiere son médicos porque está enfocado en la atención primaria.

“Construimos una casa con un centro nutricional, con consultorios, tenemos un ecógrafo que nos permite evitar que las embarazadas viajen 400 km para monitorearse”, indicó el doctor.  

Asimismo reconoció: “Ya somos parte de la comunidad, tenemos lugareños trabajando en el Centro Nutricional, hacen la comida, la huerta, la miel. De hecho tenemos un estudiante de medicina que estamos acompañando”. 

La Higuera cuenta con una cartera de más de 100 socios que abonan una cuota anual, financiado con fondos recaudados en eventos culturales y musicales en Rosario, aportes de empresas, becas de Bunge y Born, Roemers, Mapfre y Fiorini y ayuda de padrinos. 

CAPACITARSE EN SALUD RURAL 

Junto con la Universidad Nacional de Rosario, La Higuera dicta el Posgrado en Salud Rural, Comunitaria y Social dirigido a médicos sin especialidad de la Provincia de Santa Fe, y a médicos con o sin especialidad de otras Provincias: “Queremos formar vocaciones que quieran entregar parte de su vida a estas comunidades. Es un trabajo interno. A veces pareciera que el sistema está hecho para permitirte tener un determinado status social, pero no desde la concepción de que estás trabajando para la gente que más necesita”, declaró el directivo de la ONG. 

Respecto de la instancia formativa, el médico expresó “sería bueno que los médicos tengan que vivir esto, no solamente en lo técnico sino que acá te nutris como persona. Sobretodo estudiantes que opten en un determinado momento de su vida vivir esta experiencia”. 

Por otra parte, comentó: “Nos gustaría poder ampliar este proyecto a otras regiones, pero necesitas apoyo serio del Estado. Por eso quienes quieran aportar o ayudar pueden comunicarse a www.lahigueraong.org.ar”

FUENTE: agrofy.com.ar

En su mensaje final concluyó: “Hoy en día queremos que las personas interesadas se convenzan del proyecto, lo elijan y luego se capaciten a través del Posgrado de Salud Rural. Es una capacitación anual, teoŕico - práctica, para concluir trabajando 6 meses en el monte. Están becados por empresas aportantes que solventan la estadía y les otorgan un sueldo, cuestión que nos costó mucho conseguir”. 

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